Las llagas o úlceras bucales son lesiones que aparecen en el interior de la cavidad bucal. Tienen forma redondeada y están rodeadas por un halo rojizo, y normalmente se localizan en el paladar, en la cara interna de las mejillas, debajo de la lengua o en las encías.
Las aftas bucales resultan fáciles de diferenciar de otras lesiones en la boca. Las padecen muchas personas, no son contagiosas y están relacionadas con muchos factores. De hecho, según explica el Dr. Mario Utrilla, odontólogo director médico de la clínica Dental Madrid, «no se han determinado con exactitud todos los agentes que las causan, pero lo que sí se sabe es que una parte importante de la población las sufre con relativa frecuencia, y que pueden ser indicativas de algún problema de salud general».
Etiología
En este sentido, los factores desencadenantes pueden ser muy variados: desde tener estrés a presentar enfermedades gastrointestinales. Otros casos pueden estar relacionados con la ingesta de alimentos como el chocolate, los cítricos o los frutos secos, con una carencia de vitaminas o minerales o con el uso de prótesis dentales.
Generalmente, las aftas bucales no suelen precisar un tratamiento específico (al menos si las llagas no tienen origen en enfermedades o carencias), aunque cepillarse los dientes con cuidado contribuye a aliviar las molestias. En algunos casos está indicado el uso de medicamentos como antihistamínicos, antiácidos o antiinflamatorios (corticosteroideos o no), que ayudan a calmar el dolor.
Cuándo acudir al médico
Sea como sea, «debemos tener en cuenta que no hay ningún remedio único que ofrezca solución a todos los casos», como afirma el Dr. Utrilla, y que es preciso tener mucho cuidado con las recetas caseras que se divulgan en Internet, ya que algunos remedios pueden aumentar la inflamación. En todo caso, a modo preventivo debe evitarse el contacto directo con sustancias con efecto abrasivo, como alcohol o bicarbonato en polvo, porque pueden hacer empeorar el cuadro.
Si las aftas aparecen de forma reiterada y frecuente, si no desaparecen pasados unos días o por su tamaño se vuelven muy molestas, lo más indicado es acudir al médico o al odontólogo. En algunos pacientes, estas lesiones pueden ir acompañadas de otros síntomas, como fiebre o malestar general. En cualquier caso, es recomendable consultar al profesional sanitario si las aftas son excepcionalmente grandes, si salen unas detrás de otras, si hay señales de infección o si, como se ha referido, van acompañadas de fiebre y síntomas de malestar general.
Cuando la causa es la ortodoncia
En la mayoría de los casos es difícil prevenir la aparición de aftas, especialmente si no se conoce el origen. En cambio, sí que hay pautas para actuar de forma preventiva cuando la causa es la ortodoncia. Los aparatos dentales, especialmente al principio, pueden provocar rozaduras en determinadas áreas. Estas rozaduras acaban provocando la aparición de úlceras blancas redondeadas, con un contorno bastante regular y un tamaño medio de unos 3 milímetros. No siempre están en contacto directo con los aparatos y suelen remitir al cabo de un tiempo.
Cuando la ortodoncia es removible, lo más indicado es aligerar la zona de contacto. En el caso de las ortodoncias fijas podemos utilizar cera o silicona en la zona de contacto, y tomar analgésicos si fuera necesario. Los enjuagues de clorhexidina también están indicados para evitar infecciones.
Cómo tratar las aftas
Hay diferentes productos en el mercado para el tratamiento de las úlceras o aftas de la mucosa bucal. Debemos escoger un producto adecuado para aliviar el dolor, aislar la lesión y acelerar su cicatrización. Determinados componentes son especialmente eficaces para ello:
- Sucralfato. Sustancia capaz de formar un gel viscoso que se adhiere a la pared de la mucosa y forma una película que la protege de las agresiones externas. Por su capacidad neutralizante del pH ácido de la úlcera bucal, favorece la cicatrización y regeneración de la mucosa.
- Extracto de própolis. Sustancia con actividad antioxidante capaz de neutralizar los radicales libres que se desarrollan en la úlcera bucal. Se le atribuyen propiedades antimicrobianas, inmunoestimulantes, antiinflamatorias, analgésicas y cicatrizantes.
- Ácido hialurónico de bajo peso molecular. Participa en diferentes aspectos de la remisión de las ulceraciones y aftas bucales, ya que es capaz de inducir la activación del proceso de cicatrización y regeneración de la mucosa. También actúa de barrera frente a microorganismos.
Es recomendable utilizar este tipo de productos que contienen sucralfato y ácido hialurónico de bajo peso molecular, ya que aseguran una acción rápida en el aislamiento de la ulceración para que no moleste a la hora de masticar los alimentos, además de aliviar el dolor y cicatrizar la úlcera gracias a la acción del própolis.