Si continúas leyendo te damos respuesta a la pregunta que hace las veces de título del post ¿cómo bajar la fiebre de tu bebé? Y, además, te contamos los puntos básicos que debes conocer sobre la fiebre.
Qué es la fiebre
En primer lugar, debemos tener claro que la fiebre no es una enfermedad. Es el aumento temporal de la temperatura de nuestro cuerpo en respuesta a alguna patología o padecimiento. La lista de enfermedades que pueden producir fiebre es interminable, a la cabeza están las enfermedades infecciosas (gripe, resfriado, neumonía, etc.), en otros casos, es signo de un trastorno inflamatorio o de calor excesivo.
La fiebre sirve para defendernos contra las infecciones causadas tanto por virus como por bacterias. No debe disminuirse impensadamente ya que hacerlo, podría ocular otros síntomas, prolongar una enfermedad y demorar la identificación de la causa. Ni el grado de la fiebre ni la respuesta al antitérmico nos orientan sobre la gravedad de la infección ni si está causada por virus o bacterias.
Consejos para reducir la fiebre
La fiebre por sí misma no causa ningún daño. Algunos niños predispuestos (4%), normalmente entre 6 meses y 5 años de edad, pueden tener convulsiones por fiebre. Por lo general, las convulsiones duran menos de 10 minutos. Debemos tener en cuenta que tratar la fiebre no previene estas convulsiones. En caso de que estas se produzcan acostaremos al niño sobre un costado e inmovilizaremos su cuerpo para prevenir traumatismos. No debemos introducir ningún objeto en la boca del niño ni intentar detener las convulsiones.
Solo hay que usar medicamentos para la fiebre si esta es elevada o está acompañada de síntomas muy acusados que generan malestar o dolor al paciente. El paracetamol o un AINE (Ibuprofeno) reducen la fiebre y mejoran el estado del paciente, aunque en la mayoría de los casos este tratamiento no es crucial.
El paciente con fiebre debe estar bien hidratado. Hay que ofrecer líquidos a menudo, a ser posible con hidratos de carbono; zumos, batidos, etc. La toma de alimentos sólidos no debe forzarse.
Al contrario de lo que toda la vida se ha pensado, se desaconseja el uso de paños húmedos, friegas con alcohol o duchas de agua fría para bajar la fiebre porque podemos provocar una bajada brusca de temperatura resultando peligroso para el paciente. Sí puede ser útil un baño con agua tibia.
El paciente con fiebre debe usar ropa cómoda y ligera. No debemos abrigar al paciente si tiene escalofríos. Quitar el exceso de ropa, cubrirlo solamente con una sábana o manta delgada y mantener la temperatura de la habitación baja.
Es muy importante que vigilemos signos de empeoramiento en el paciente tales como:
- Temperatura superior a 40ºC o inferior a 35ºC.
- Irritabilidad o llanto excesivo difícil de calmar.
- Rigidez de cuello y/o dolor de cabeza.
- Convulsiones, pérdida de conocimiento, alteración de la función mental (confusión, decaimiento, etc.).
- Manchas de color rojo púrpura, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
- Dificultad respiratoria: el paciente marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida y agitada, etc.
- Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos, etc.).
- El paciente no orina o esta es escasa.
- El paciente es menor de 3 meses de edad.
- Si la fiebre dura más de 48 a 72 horas. En niños menores de 2 años, si la fiebre dura más de 24 a 48 horas.
Esperamos que este post te haya resultado útil. Si tienes dudas, ya sabes que siempre debes acudir al médico especialista para consultar todo aquello que consideres importante.